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Integración, no integración.



Sin lugar a dudas, estamos en la antesala de una fecha clave para el devenir de la escena de la política internacional en los siguientes cuatro años. Hablamos, cómo no, de las elecciones estadounidenses a la presidencia que se celebrarán durante la jornada de hoy en el país norteamericano.

Barack Obama se enfrenta, cuatro años después, a unas elecciones de tintes más "realistas" tras la euforia y optimismo que desató su primera ascensión a la Casa Blanca, y ha tenido durante toda la campaña la imperiosa necesidad de hacer ver los logros de su mandato (Seguridad Social, Bin Laden...) y esconder sus "fracasos" (Guantánamo, etc).

Pero en nuestro blog nos interesa más hablar sobre el nuevo aspirante republicano. Mitt Romney, el primer mormón que opta a ocupar el despacho oval, las ha pasado canutas en la campaña para intentar alejarse de las voces extremistas que anidan en su partido (en el que no olvidemos que se integra el Tea Party, Sarah Palin...) para intentar erigirse como un adalid de la inserción social y el diálogo. En nuestra sincera opinión, no le ha salido demasiado bien.

Nos explicamos. Por mucho que su discurso "integrador" se haya dirigido a las sociedades hispanoamericanas (que pueden marcar la diferencia en ciertos estados clave), es un hecho que el partido republicano sigue teniendo serios problemas de racismo en varios estados en los que gobierna, sobretodo en el sur del país. Pero sobretodo, nos parece que ningún partido que englobe al citado Tea Party (abiertamente racista), se puede autodenominar como "integrador" o "social".

Pero vamos a remitirnos a los hechos acontecidos en la misma campaña. A pesar de su gran oratoria en los mítines, discursos rimbombantes, etcétera, Mitt Romney ha tenido en un vídeo grabado caseramente a su mayor enemigo, él mismo. Porque un político integrador tiene que ser capaz de convencer en mítines, pero también de ser coherente con aquello que dice también en sus círculos íntimos, y este vídeo es la constatación de justamente lo contrario.





En estas increíbles declaraciones, Romney tacha (entre otras cosas) de irresponsables e inmaduros al 47 porciento de los votantes americanos, en referencia a que estos "ven al Estado como alguien que les tiene que salvar, se ven como víctimas".

 Creemos que este menosprecio a la mitad de la población estadounidense no puede quedar sin castigo por parte del electorado estadounidense. Pero si esto ocurre o no, lo veremos esta madrugada.

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